¡Es mi culpa!, ¡lo reconozco! Yo rompí la cadena aquella de «si no reenvías este mensaje a 20 de tus contactos Whatsapp comenzará a cobrar por su uso». ¡Lo siento! no es que no quiera solidarizarme con las «víctimas del pago», al contrario, porque yo ya lo pagué una vez para mi iPhone (alguien se olvidó también del reenvío en iOS) pero a mí lo de las cadenas me da fatiga.
Resulta que nos acabamos de enterar de que ahora los usuarios de Android, Windows Phone y Blackberry tendrán que pagar por usar este servicio de mensajería que hasta ahora amenazaba con el pago pero que iba prorrogando el tema durante meses y años. Ya lo sabíamos porque en las condiciones de uso estaba bien claro y llegaban mensajes de aviso de vez en cuanto informando de que próximamente se acabará el plazo gratuito. El caso es antes de que se cumpliera el plazo llegaba otro mensaje tranquilizador donde nos informaban de que misteriosamente nos concedían una prórroga.
Lo bueno se acabó y ahora exigirán un pago anual y no superará el euro (0’85 céntimos) y aquí es donde surge la pregunta ¿merece la pena pagar por Whatsapp?
A vueltas con el Marketing 