Soy de las que cree que a los niños hay que facilitarles el acceso a la tecnología. Mis padres también lo pensaron en su momento y a ello se debe mi afición por todo este mundillo.
Ordenadores, tabletas, smartphones… no son un juguete caro sino una herramienta útil que deben aprender a utilizar correctamente desde que muestren interés. No es cuestión de modas ni de caprichos, es una cuestión de despertar interés por el mundo tecnológico para aprovechar todas sus ventajas.
Según un estudio realizado por ElChupete.com, el 65% de los niños españoles de entre 8 y 12 años tienen móvil y muchos de ellos se lo habrán pedido por Navidad descartando otros juguetes. Y es que España es uno de los países donde el uso de los smartphones ha experimentado un mayor crecimiento en los últimos dos años.
Los niños de hoy son nativos digitales. Han nacido casi con un móvil en la mano, sus juegos de mesa preferidos son los que conocen en la tabletas y sus ratos de ocio los pasan con la Play Station 3 o la XBox.
El problema de la tecnología es el uso que se le da y eso suele darle muchos quebraderos de cabeza a los padres. Y es que los jóvenes viven permanentemente interconectados a través de sus smartphones, dependen absolutamente de los terminales móviles, se ausentan de las conversaciones por mandar whatsapp, las comidas y cenas son un constante tintineo de envíos y recepciones de mensajes, duermen con el móvil bajo la almohada y su primer «buenos días» lo dan por twitter…. El problema es que se aíslan y si la televisión nos robó la conversación en la mesa hace años, el whatsapp nos ha robado hasta el contacto visual.
La solución se encuentra en la educación y las normas y esto es tarea de los padres. Educar en tecnología, enseñarles que hay un rato para todo y que hay que aprender a respetar a los demás. En realidad no son normas nuevas, todos las conocemos y solo hay que aplicarlas al ámbito de la tecnología, desarrollando un poquito el sentido común.
Precisamente estos días una periodista del Huffington Post ha publicado el contrato de uso de un smartphone que le hizo firmar a su hijo. La madre, consciente de todos los problemas que podía ocasionar, se adelantó a las circunstancias y elaboró una lista de 17 puntos de normas y obligaciones que Gregory, su hijo de 13 años, debería cumplir.
Sigue leyendo →